Y fué increíble la idea ocurrió a un hombre, un primate cualquiera
Pienso: aturdido por las sonolencias de no tener o que hacer, quedó abajo de una árbole y derepente, mientras casi cerrava la boca, dobró su lingua y se puso a soprar fuera el aire caliente de su garganta.
Entonces quedó sorprendido. Habia hecho nada más que la primera nota musical que si conocía. Sopraba el aire y oía la nota. Y no habia hecho porque lo quería, mas porque no habia nada más que hacer. Y no habia nadie para oír.
Ah, que tristeza...
Al fin, el primate tocó su cabeza en el otro lado de la árbole y dormió un sueño feliz. Pero después de despertar, olvidó como habia hecho esta cosa mas, tranquilo, se fué a llanura caminar y comer duraznos.
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